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martes, 25 de agosto de 2009

COMAYAGUA













Catedral de Comayagua, de exquisito estilo barroco colonial americano. Principios de siglo XX.















Cabildo Municipal con su fachada neoclasica. Principios siglo XX














Parque Central con su característico quiosko, al fondo a la izquierda observamos el palacio municipal.















El desaparecido y famoso Teatro Hispano de Comayagua en el año de 1920













Festividades con motivo de la Feria Patronal.















Desde tiempos coloniales y por ser la sede del obispado en Honduras, la ciudad de Comayagua desde siempre mostro un profundo fervor religioso el cual se ha mantenido hasta nuestros días.















"El baile de los diablitos", es una muestra de la mezcla entre las creencias cristianas y precolombinas que los indigenas de comayagua adoptaron, en parte inducidos por la iglesia católica como una manera didáctica de penetrar religiosamente en la poblaciones indigenas en la época colonial. Fotografia de principios de siglo XX.

Viajeros del siglo XIX: Mary Lester,"A lady's ride across Honduras", 1881

A lady's ride across Honduras, escrito por “María Soltera”, seudónimo de la inglesa Mary Lester, narra la travesía que realizara en 1881 por la abrupta geografía hondureña. Su relato ameno y sencillo, recoge observaciones sobre el paisaje y las costumbres del país en esa época. Algunos ingleses y aún menos mujeres, habían montado desde el puerto en el Pacífico de Ampala, a lo largo de las montañas de Honduras, hasta Puerto Cortés, en el Atlántico hondureño a finales del siglo XIX, sin embargo, eso es lo que la refinada María Lester asombrosamente realizó, siguiendo la ruta transversal señalada por los conquistadores hispánicos por la topografía más dificil y fragosa que impica valles y montañas.

La intrépida viajera realizó este viaje con la desventaja en primer lugar de ser mujer y en segundo lugar de ser extranjera en un país totalmente desconocido, muy lejano a lo en ese entonces era el imperio británico con toda la pujanza de su revolución industrial. Hay que agregar a esta desventaja que la señorita Lester se guiaba con mapas raros e imprecisos y el “asesoramiento oral” que recibía para guiarse por el montañoso país resultó ser dudoso y desactualizado. Sin embargo, tales inconvenientes no hicieron nada para frenar el espíritu aventurero de la dama que prefirió andar bajo el seudónimo de "María Soltera"; "yo no temo las dificultades", les dijo, "ya que soy la hija de un soldado de Inglés y las circunstancias me han obligado a depender de mí misma." Lester en muy buen español, negocia monturas, arrendamiento de mulas , enfrenta matones y también burla nefastos guías, por lo tanto "A lady's ride across Honduras" es una joya de libro, con sus entretenidas narraciones, María nos cuenta día a día la vida en la montura, además la autora fue una gran observadora, señalando la fauna local, las costumbres sociales y las condiciones políticas de un país subdesarrollado.

La señorita Lester, quién llegó a Honduras como partícipe de la política de la administración del Presidente Soto (entre cuyos lemas estaba “gobernar es poblar”), quería establecerse como inmigrante, en calidad de maestra de escuela. Por ello la óptica de la señorita Lester es muy distinta a la de otros viajeros, sujetos a intereses políticos, diplomáticos o comerciales. Además, como mujer, sus observaciones están mas directamente conectadas con la idea de la familia, y de la cultura en general. Si bien es cuerto que ella también posee la carga de prejuicios corrientes entre los europeos (como superioridad racial y ver como exóticos estos paises de “nativos”), se denota cierto grado de humanidad para percibir la buena fe, bondad y sencillez de las personas que vió y conoció a lo largo de su itinerario. El libro incluye un número de ilustraciones que nos dan una imagen de la Honduras rural de finales del siglo XIX, aunque al igual que las ediciones de los otros viajeros no se incluye el nombre del autor.